Cuando el terremoto de Irpinia, ocurrido en noviembre de 1980, afectó al sur de Italia, la provincia de Benevento resultó afectada y una de sus ciudades, , sufrió graves daños.

Apice, en la provincia de Benevento, fue una de las víctimas del implacable paisaje geográfico de , pues todo el pueblo huyó tras el sismo. Sus habitantes jamás volvieron.

Situado cerca de la ciudad meridional de Benevento, Apice fue construida durante los gloriosos días de la Roma imperial, en el siglo VIII.

Todo llegó a su fin con el terremoto de 1980, que afectó a más de 250 mil personas y dejó 2,500 muertos. El gobierno de Italia evacuó a las 6.500 personas a una nueva ciudad.

Tras la salida progresiva de sus habitantes, la ciudad se transformó lentamente en un pueblo fantasma, en el que el recuerdo del sismo aún puede verse en las calles y edificios abandonados.

Algunos la consideran “un museo al aire libre”, “una ciudad romana congelada en el tiempo”. Más de tres décadas después, muy lentamente, en el último tiempo vecinos de la provincia de Benevento comenzaron a repoblar la ciudad.

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