Crissy Outlaw, de 41 años, y Brittni Ruiz, de 30, que, a pesar de gozar de gran popularidad y haber estado en la cresta de la fama, decidieron abandonarlo todo por la fe religiosa.

Sus historias, similares, han dado la vuelta al mundo para beneplácito de los religiosos y tristeza de sus miles de fanáticos.

Crissy Outlaw

En el caso de Crissy Outlaw, fue bastante conocida por sus reveladoras películas porno, fue imagen de la revista para adultos Hustler, pero sentía que su camino no estaba en la industria de filmes para adultos y se volvió una ferviente religiosa.

Cambió su apellido a Morán e intentó por todos los medios dejar atrás su pasado, aunque sin éxito. Sin embargo, sí ha renovado su interior y esparce el mensaje y su experiencia en el mundo. “Hola, mi nombre es Crissy y solía ser una estrella porno”, comienza siempre sus discursos en distintas congregaciones.

Pero su pesar mayor no es su pasado como actriz porno, sino las terribles experiencias que vivió desde niña: fue abusada desde los cuatro años y mantuvo relaciones tóxicas que la dejaban con ganas de “estar muerta”.

Brittni Ruiz

En el 2010 Brittni Ruiz fue votada como la más grande estrella porno en la industria. En ese entonces era conocida como Jenna Presley y comenzó una ascendente carrera cuando la descubrieron bailando en un bar en el 2005.

A los 18 años ingresó a la industria porno y en 7 años filmó más de 100 películas. Sin embargo, a pesar del éxito que gozaba, en el 2009 intentó quitarse la vida y luego sucumbió en el mundo de las drogas.

Luego de sufrir la muerte de su novio, se acercó a Dios a través de una misionera, quien la llevó a su congregación. Poco tiempo después dejó la industria para adultos, borró su cuenta de Twitter y se casó con un pastor. Ahora se le conoce como Brittni de la Mora y es una activa promotora de la fe.

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