Los carteles fueron hechos entre 1914 y 1916 para persuadir a los británicos a hacer su parte para proteger el rey y al país alistándose en el ejército para pelear en la guerra.

Los carteles adquirieron un tono cada vez más amenazante en los meses previos a la conscripción obligatoria, que se introdujo en 1916 después de que Gran Bretaña sufriera grandes pérdidas en el frente occidental.