La revista ’Popular Science’ dio a conocer un estudio de científicos estadounidenses que han simulado una guerra de escala regional.

El equipo de científicos especialistas en la atmósfera y el medio ambiente recreó un conflicto con el uso de 100 cabezas nucleares equivalentes a las bombas lanzadas por las fuerzas armadas de EE.UU. en Hiroshima (16 kilotones por cabeza).

El modelo representa una guerra entre India y Pakistán. La idea general de este estudio es “si una carga de este tamaño (100 cabezas de 16 kilotones cada una) puede causar daños tan grandes, imagínense lo que harían armas de peso pesado”.

Primero, cinco megatones de carbón negro (partículas en suspensión con la mayor fuerza de absorción de luz formadas por incompleta quema de combustibles fósiles y material biológico) ascenderían a la atmósfera absorbiendo el calor del sol. Una parte de este carbón negro caería posteriormente con la lluvia.

Este fenómeno reduciría la temperatura media global en 1.25 C durante un período de 3 o 4 años y en 0.5 C durante una década. El descenso de las temperaturas reduciría el calor que el planeta recibe. Cinco años después de la guerra la Tierra recibiría un 9% menos de lluvias en comparación con las estadísticas actuales.

El fenómeno más evidente, según el estudio, tendrá lugar en las regiones de monzón, entre ellas Oriente Medio, el subcontinente indio y el sureste asiático. Las temperaturas globales se reducirían durante los primeros cinco años después del conflicto nuclear.

Antes de que la Tierra empezara a recalentarse, la época de crecimiento media de los cultivos del planeta se reduciría por 10 hasta los 40 días en las zonas agricultoras del mundo.

Las reacciones químicas en la atmósfera destruirían la capa de ozono que protege a los habitantes de la Tierra contra la radiación ultravioleta. Cinco años después de la catástrofe el planeta tendría entre un 20% y un 25% menos de ozono menos de media. Diez años después la atmósfera recuperará su capa de protección, pero todavía tendría un 8% de ozono menos que antes del conflicto.

El incremento de la radiación ultravioleta causaría más quemaduras del sol y casos de cáncer de piel a la gente y podría desestabilizar el ADN en varios tipos de cultivo, entre ellos el maíz.

Otro estudio publicado por la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear supone que cerca de 2.000 millones de personas en todo el mundo se verían afectados por la crisis alimentaria.

Fuente: Actualidad RT