Yoshitake confesó en el libro “How To Photograph an Atomic Bomb” (Cómo fotografiar una bomba atómica) de Peter Kuran que no se puede “sacar de la cabeza los efectos que las pruebas tenían sobre los cerdos, cuya piel guarda cierta semejanza con la humana”.

La historia del equipo dejó de ser un secretó cuando Estados Unidos, en 1997, decidió sacar a la luz los documentos que señalan la existencia de una división cinematográfica que el Ejército norteamericano tenía en las colinas de Hollywood.

En dicho equipo trabajaron al menos 250 personas, entre productores y directores. Muchos de ellos murieron de cáncer, como consecuencia de la radiación a las que fueron sometidos durante los ensayos nucleares sin protección alguna.

Fuente: Calitreview.com