El 6 de junio de 1944 decenas de miles de tropas de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá invadieron las playas de Normandía, en el norte de Francia, para liberar a Europa de los nazis.

Menos de un año después, Hitler se había quitado la vida, pero 24 horas antes del desembarco nadie podía asegurar que la Operación Neptuno, que pasaría a la historia como el Día D, no fuera a terminar en una derrota catastrófica para los aliados.

Sólo la combinación de un plan meticuloso, el coraje de los soldados y en algunos casos un poco de suerte permitieron que las tropas invasoras pudieran establecer una “cabeza de playa” en la Francia ocupada. Pero en ciertos sectores, como en la “sangrienta Omaha”, los alemanes resistieron con éxito por varias horas.

Aunque no todas las posiciones que se planeaba ocupar en la primera jornada cayeron en manos aliadas, en los próximos días más hombres, armamento y pertrechos llegaron desde Inglaterra. Las tropas nazis estarían a partir de ese momento en retirada.