Al ver las enormes y majestuosas pirámides de Egipto, muchas personas se preguntan ¿cómo es que estos antiguos moradores movieron esas rocas, cuyo peso individual supera a una tonelada?

Investigadores de la Universidad de Ámsterdam, en Holanda, han descubierto el truco de los egipcios para hacerlo posible.

Sabíamos que utilizaban una especie de trineo de madera para empujarlos y transportarlos, pero además hacían otra cosa: empapar la arena con agua.

La pista sobre este truco la dio un pintura hallada en la tumba de Djehutihotep, en la que se ve una persona en frente de uno de los trineos echando agua sobre el suelo para, supuestamente, facilitar el movimiento del aparato.

Para verificar si esto podía ser cierto, el grupo de científicos, liderado por el profesor Daniel Bonn, construyó una pequeña versión de laboratorio de estos trineos. Al colocarlos sobre la arena, calcularon cómo variaba la fuerza necesaria para arrastrarlo al igual que la resistencia de la arena.

Las pruebas demostraron que la fuerza necesaria para tirar del trineo decrecía proporcionalmente a la rigidez de la arena, algo que se lograba echando agua sobre la misma para compactarla y endurecerla.

Sin esta técnica, la arena acaba ofreciendo el doble de resistencia y los egipcios necesitarían casi el doble de trabajadores para empujar los pesados bloques de piedra. Los resultados del estudio no solo sirven para conocer mejor cómo los egipcios construyeron las pirámides, también para demostrarlo científicamente.