Situado a 100 metros bajo la superficie de una montaña en Ruichang, provincia de Jianxi, en el este de China, este búnker nuclear pronto podría convertirse en una importante atracción turística.

En la década de 1960, el presidente Mao Zedong ordenó a los gobiernos regionales construir estas maquinas nucleares en caso se presente un ataque sorpresa por parte de la Unión Soviética.

Esto demostró el temor que tenía el gobierno chino a una posible guerra con los soviéticos. Sin embargo esta guerra nunca ocurrió y las las naves quedaron olvidadas.

Con el transcurrir de los años, algunas de estas reliquias militares fueron encontradas por pobladores de esas zonas, quienes usaban sus instalaciones para descansar.

Ahora, el Gobierno ha decidido invertir en su remodelación y convertirlos en sitios para atraer turistas.