Por primera vez, un equipo de investigadores ha mostrado evidencias de que un ave, el vencejo real (Tachymarptis melba), es capaz de mantenerse seis meses enteros en el aire, aparentemente sin tocar el suelo, en su camino de migración hacia África.

Hasta la fecha, desplazamientos continuos tan prolongados solo habían sido documentados en animales terrestres. Incluso para un ser tan aerodinámico como este, volar requiere una considerable cantidad de energía. Parece increíble pero, según explican los científicos en su estudio publicado en Nature Communications, todos los procesos fisiológicos vitales, incluido el sueño, ocurren entre las nubes.

En 2011, Felix Liechti y sus colegas del Instituto Ornitológico Suizo, colocaron a seis vencejos reales sendas etiquetas electrónicas para registrar sus movimientos y conocer la energía que gastan, con qué frecuencia se detienen y cuánto tiempo pasan volando. Estas pequeñas y ligerísimas aves pasan el verano en Europa, donde se reproducen, y después migran a África para pasar el invierno, a miles de kilómetros de distancia.

Un año después, cuando tres de los pájaros regresaron al mismo lugar de reproducción, los científicos recuperaron sus etiquetas electrónicas. “Cuando nos fijamos en los datos, nos quedamos totalmente impresionados. Durante su período no reproductivo en África, siempre habían estado en el aire”, afirma Liechti a la revista del Smithsonian.

Durante más de 200 días consecutivos, los pájaros se habían quedado en el aire sobre el África occidental. Las etiquetas solo recogen datos cada cuatro minutos, así que es imposible descartar la posibilidad de que aterrizaran en ocasiones entre esos intervalos, pero de lo que los científicos están seguros es de que todos y cada uno de los puntos de datos recogidos durante más de seis meses seguidos indicaban que, en ese momento, las aves estaban en el aire.

Cómo las aves son capaces de lograr esta hazaña todavía es un misterio. Pueden alimentarse de los insectos en el aire, pero ¿son capaces de dormir con el ‘piloto automático’? Los patrones de sueño en las aves son diferentes a los de los mamíferos, pero los autores del estudio creen que sus datos dan una respuesta positiva.

Fuente: ABC