En julio de 1940, tras haber derrotado con una rapidez inaudita a Francia, Hitler se plantea la eventual invasión del Reino Unido si Londres no se aviene a negociar una paz.

El plan fue inicialmente bautizado con el nombre en clave de Löwe (León), aunque más tarde, al parecer a instancias del propio Führer, fue denominado Seelöwe (león marino). Se basaba en una planificación realizada por la Kriegsmarine antes incluso de que diera comienzo la guerra y que llevaba el mucho menos imaginativo título de Plan Nord-West (Norte-Oeste).

La Marina de Guerra del Reich tenía mucho que decir en el tema, no sólo por ser suyo el proyecto inicial, sino porque, como operación de desembarco, debían ser sus buques los que llevasen a cabo la parte más complicada de la misión, que ya en 1939 su Estado Mayor había considerado muy problemática.

A ello vino a unirse el alto coste de unidades navales perdidas en la por otra parte exitosa ocupación de Noruega.

Ello evidenció que la Kriegsmarine era la única de las tres armas de la Wehrmacht que estaba en clara desventaja frente a sus rivales aliadas por número y potencia de sus buques. Y, particularmente, porque carecía de unidades especializadas en acciones de desembarco.

La «Luftwaffe»

Debido a esas circunstancias y reticencias, el Gran Almirante Raeder, en una reunión mantenida con Hitler en la Cancillería el 21 de mayo de 1941, desaconsejó vivamente cualquier intento de invasión de las Islas Británicas sin el claro dominio del aire, desde donde podría apoyarse con efectividad a las unidades de desembarco y a la propia fuerza invasora en tierra.

El mariscal Göring, como otras muchas veces a lo largo de la guerra, se mostró confiado y aseguró que en pocas semanas sería capaz de barrer de los cielos a la aviación británica.

Y como tantas veces a lo largo de la guerra (Dunkerque o Stalingrado, por ejemplo) fue vencido por una realidad que nunca llegó a aceptar: la mejor aviación táctica que existía en el mundo no estaba diseñada para mantener de manera continuada operaciones estratégicas.

Fuente: ABC.es