Bautizados como “Vergeltungswaffe 2”, aunque popularmente conocidos por el apócope de V-2, se convirtieron en una de las armas ofensivas que más satisfacciones dieron a los jerarcas del Tercer Reich, quienes se sentían orgullosos de disponer de un arma muy suprior a la que tenían cualquiera de los países que conformaban el frente Aliado.

Pero como dice la expresión “el fin justifica los medio” (erróneamente atribuida a Maquiavelo), antes de lanzar estos misiles balísticos contra objetivos enemigos se decidió probarlos sobre objetivos en poblaciones de la propia Alemania, tras lo cual echó la culpa a los Aliados.

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Como suele ocurrir en estos casos, las pruebas se les acabó yendo de las manos y lo que eran unas simples pruebas en recintos cerrados y acotados, acabaron traspasando las vallas que los separaban de la población civil y terminaron lanzando algunos misiles V-2 que impactaron y explotaron en varias poblaciones bálticas de la parte alemana de la región de Pomerania.

Lo que hasta hace bien poco se creía que había sido consecuencia del ataque aliado se ha descubierto, a través de unos documentos que han permanecido ocultos durante todo este tiempo, que fue obra de unas pruebas ordenadas por el propio Adolf Hitler, quien quería saber cuál era el alcance y daño que podía causar con sus misiles balísticos.

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Esta revelación se ha conocido a raíz de la subasta de unos documentos que han estado desde entonces en poder de un coleccionista privado y en los que se pone al descubierto la operación llevada a cabo por el “Kommandostelle S”, una unidad secreta de las SS y de la que apenas hay información.

El documento, escrito en un alemán codificado, detalla cómo fueron lanzaros un buen número de cohetes V-2 desde el centro de investigación del ejército alemán en Peenemünde a objetivos de Londres, Amberes y Lieja, pero también revelan, sorprendentemente, que muchos de los disparos que se realizaron durante las prueba originales fueron dirigidos contra pueblos y ciudades de Alemania, principalmente en la región de Pomerania.

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Las hojas que forman parte de estos documentos se encuentran deterioradas en algunas de sus partes, ya que se recuperaron de las llamas del fuego cuando éstas fueron lanzadas en el declive del Tercer Reich, con el fin de destruir múltiples pruebas de las atrocidades cometidas por los nazis.

Los misiles V-2 fueron diseñados por el ingeniero alemán Wernher von Braun, quien después de la Segunda Guerra Mundial sería reclutado por los Estados Unidos en la “Operación Paperclip”, trabajando para la NASA y siendo uno de los principales artífices que desarrollaría la tecnología de la carrera espacial estadounidense y que puso al hombre en la Luna en 1969.

Fuente: Yahoo.es