Con pintura descascarada, camas oxidadas vacías y mucha maleza, así luce ahora el hospital Beelitz Heilstatten, ubicado a las afueras de Berlín y clausurado desde la unificación de Alemania.

Este sanatorio es un complejo de 60 edificios que abrió sus puertas en 1902 para hacer frente a un problema de la tuberculosis. Se convirtió en un hospital militar durante la Primera Guerra Mundial.

En 1916 un joven Adolf Hitler fue admitido en una sala mientras se recuperaba de una herida del muslo que sufrió tras recibir un disparo durante la Batalla del Somme.