“Yo me considero un perseguido político, lo que están haciendo conmigo es una cortina de humo. Lo que pasa es que nosotros investigamos a la mafia política que hay en el Perú, esa es la verdad”, dijo el empresario Rodolfo Orellana cuando era trasladado de Cali a Bogotá, desde donde será deportado al Perú.

En cortas declaraciones a la prensa extranjero antes de abordar el avión que lo llevará a la capital colombiana, Orellana, acusado de liderar una red de corrupción y estafa, señaló que quería pedir asilo político en ese país debido a su condición de “perseguido”.

Como se sabe, el empresario fue arrestado este jueves a las 6:30 horas en una vivienda ubicada en una barrio residencial de Cali. Y aunque no puso resistencia al trabajo de las autoridades si se mostró sorprendido.

Sobre él hay una orden de prisión preventiva por 9 meses y es investigado por los presuntos delitos de lavado de activos y asociación ilícita para delinquir.