Keiko Fujimori llegó a marcar una diferencia de hasta siete puntos a favor en las encuestas previas a las elecciones que finalmente ganó Ollanta Humala. Había logrado un decoroso 24% en la primera vuelta del 10 de abril, sin embargo, todo parecía indicar que el líder nacionalista caería en la misma trampa que en 2006, cuando no logró quedarse con el ballottage frente a Alan García.

La hija del expresidente Alberto Fujimori contaba con seducir a los votantes de los otros tres candidatos presidenciales peruanos que, juntos, sumaban más del 40% del electorado. Pero no logró su objetivo. En la semana previa a los comicios, se estancó en los sondeos y en los últimos dos días, perdió terreno.

¿Qué sucedió con Keiko Fujimori? ¿Qué hizo que la balanza se inclinara por Humala cuando gran parte de su electorado corresponde a la misma extracción social que los seguidores del ex militar? ¿No alcanzó con el beneplácito de los mercados? Sucedió que el jefe de Gana Perú hurgó en el pasado de su padre, sacó a la luz las políticas más aberrantes de los años noventa en Perú e, incluso, se las espetó en la cara en pleno debate público del 29 de mayo pasado.

“Señora Fujimori, usted dice defender los derechos de las mujeres más pobres, sin embargo, durante el gobierno en el que fue usted primera dama, se esterilizaron a 300 mil mujeres sin su consentimiento y usted tenía 26 años, no era una niña”, dijo Humala con la mirada fija en su contrincante. Y siguió: “Además de eso, una persona cercana a su equipo de campaña es el doctor Aguinaga, quien era ministro en ese entonces, y durante su gestión, justamente, se llevó a cabo esta política sobre la base de que para eliminar la pobreza había que eliminar a los pobres. ¿Por qué no hizo nada y qué va a hacer con el doctor Aguinaga?”.

Fujimori, que hasta ese pasaje del debate había sido la expositora con más carisma, perdió la postura erguida y la seguridad desapareció de su rostro. “No hay nada probado”, respondió. En algún sentido, la jefa de Fuerza 2011 tenía razón. La Justicia no dijo que Alberto Fujimori esterilizó a todas esas mujeres sin su consentimiento, pero sí hay varios informes, incluso uno elaborado por una comisión legislativa, que le dan la razón al ahora presidente electo.

La violación sistemática a los derechos humanos es una ofensa que, según probaron los votos, millones de peruanos no están dispuestos a dejar de lado. Aun cuando la candidata congresista intentó desmarcarse del oscuro pasado de su progenitor, todos los afiches de campaña la mostraban sonriente al lado de su padre.

Fuente: Fernanda Kobelinsky, periodista de InfoBae.com