El presidente Pedro Pablo Kuczynski () consideró que fumar porros “no es el fin del mundo”, porque en su opinión lo grave son las drogas duras, pero manifestó su cautela y reticencias ante una eventual legalización en Perú, ya que cree que generaría otros problemas.

“Yo soy una persona liberal. Si quieren fumar su troncho (porro), y sé que no les gusta que se diga eso, pero no es el fin del mundo. La droga dura sí es algo bien grave”, dijo en una entrevista al Canal N desde Cartagena de Indias (Colombia).

El mandatario peruano advirtió de que, sin embargo, “los países donde hay droga libre tienen gravísimos problemas porque liberar la droga así sin más no es algo tan simple, y el Perú solo de ninguna manera lo va a poder hacer”.

, que hoy asistirá a la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), afirmó que el negocio de la droga va a cambiar y auguró que las drogas sintéticas y químicas van a reemplazar el consumo de otras drogas tradicionales como la cocaína.

“La gente que desde el principio decía que lo que hay que controlar es la demanda siempre ha tenido la razón. El opositor de la droga no es la erradicación química como se hace en Colombia, sino que se convierta en un mal negocio para los campesinos de hoja de coca”, sostuvo .

El gobernante explicó que esa mayor demanda de drogas sintéticas ha provocado en Perú un descenso del precio de la arroba de hoja de coca, cuyos productores cobran ahora entre 40 o 50 soles (entre 12 y 15 dólares) cuando hace tres años recibían 100 soles (unos 30 dólares).

deseó que las FARC abandonen en los próximos meses el negocio de la droga y aseguró que los servicios de inteligencia de Perú están atentos para evitar que una de las consecuencias sea un incremento de los cocales en el territorio peruano, especialmente en la cuenca del río Putumayo, que hace de frontera entre ambos países.

PPK en Colombia

El presidente peruano argumentó que su Gobierno apoya el proceso de paz en Colombia porque “es una buena causa” que permitirá concluir “una guerra que ha durado 52 años, se ha extendido por todo el país y frena las posibilidades de Colombia, socio estratégico de Perú en América Latina a través de la Alianza del Pacífico”.

“Respaldamos que las FARC digan que ya no harán lucha armada y que van a ser parte de la sociedad. También respaldamos la idea del Gobierno de que a cambio de eso se les den ciertos privilegios que de otra manera no tendrían”, apostilló.

El Gobierno colombiano y las FARC alcanzaron un acuerdo de paz el pasado 24 de agosto en Cuba, sede de las conversaciones, pero está condicionado a su aprobación por consulta popular en un plebiscito que se celebrará el 2 de octubre.

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