Su baja popularidad, el problema del comercio mayorista en Lima, la reforma del transporte y su posible postulación a la reelección serán parte del último año de gestión de la alcaldesa Susana Villarán.

En menos de un año concluye la administración de Susana Villarán al frente de la capital. Con un nuevo Concejo Municipal dominado por la oposición, habrá que ver la “muñeca” de la alcaldesa para manejar los temas pendientes y problemas que no se atendieron con la debida importancia.

Muchos aplaudieron que al inicio de la gestión de la alcaldesa se investigó al exalcalde Luis Castañeda Lossio. Sin embargo, la población percibió que poca importancia se ponía en los problemas de gran trascendencia de la ciudad, como la seguridad ciudadana, el transporte, entre otros, lo cual en poco tiempo produjo una caída constante en su popularidad. En la actualidad, la alcaldesa solo cuenta con el apoyo ciudadano del 15 por ciento (Fuente: Encuesta GFK – Diciembre 2013). Por eso la lectura política de la izquierda está lejos de la realidad al buscar la reelección de Villarán.

En la actual gestión municipal se adoleció de somnolencia política por mucho tiempo. Por ello la revocatoria de marzo de 2013 parecía el final del letargo en la Municipalidad de Lima. Sin embargo, la ciudadanía le renovó la confianza a la alcaldesa, ante la opción vacía y sin rumbo de los revocadores. Pero fue clara en sacar a su equipo de regidores. Dicho remezón no sirvió de nada para que el timón girara en favor de la ciudad. Ahora tenemos a dos revocados asumiendo cargos en el municipio. En lo ético la burgomaestre no queda nada bien. En lo real, ¿Cambia algo? Todo seguirá igual. Con modorra.

Ahora tenemos un Concejo Municipal con la oposición al mando. Estos partidos serán los responsables en lo queda de gestión municipal de encaminar las reformas necesarias en bienestar de la ciudad. De no conseguir resultados, estarán en deuda con sus electores que le dieron la confianza en las elecciones complementarias de noviembre pasado. Y ello tendría consecuencias si desean tentar algún objetivo en los comicios de octubre.

Uno de los temas pendientes fue el Gran Mercado Mayorista de Lima. Desde el inicio todo estuvo mal. Lo que mal comienza, reza el dicho. Desde el operativo que cobró víctimas mortales, permitir el funcionamiento de La Parada pese a las normas municipales impuestas, el presunto caso de corrupción de Relima y, lo peor de todo, el desorden y suciedad imperante en las instalaciones del “moderno” recinto de Santa Anita.

En pocas palabras, el supuesto traslado fue como pasar un enfermo (el comercio mayorista) de una casa en ruinas (El Exmercado Mayorista N°1) a un departamento nuevo (Santa Anita). El enfermo aún no tiene cura y las autoridades a cargo siguen sin iniciar un real cambio en el comercio mayorista en la ciudad. Hay que preguntarles a los miles de clientes que arriban al mercado y todas las dificultades que padecen día a día. Un punto en agenda que detallaré con mayor profundidad en otra oportunidad.

Por otro lado, el tema del transporte podría tomar rumbo ahora con la concesión de los corredores viales, porque Vía Parque Rímac, la prohibición de girar a la izquierda en la avenida Javier Prado y los paraderos enumerados del centro poco han calado en la población. Me parece excelente la puesta en marcha, como lo son los inspectores de transporte.

Pero me hubiese gustado, como usuario permanente del transporte en Lima, que este proceso se hubiera realizado con mayor celeridad. Solo espero que este punto no sirva de excusa para tentar una reelección, que a la vista es muy lejana de concretarse, porque “no hubo el tiempo suficiente para trabajar” ¿Cuatros años no son suficientes? Es un tiempo razonable. No hay que caer en triquiñuelas politiqueras.

Susana Villarán ha renovado parte de su equipo municipal en busca de cumplir y mejorar su trabajo frente a Lima. No obstante, creo que el tiempo le quedará muy corto para revertir la percepción de ineficiencia que tiene la población. Sinceramente, espero equivocarme y que su gestión mejore para que el próximo alcalde pueda continuar una labor eficaz. Por ahora, seguimos en somnolencia. Ya pasaron tres años, hay que despertar a la alcaldesa.

Por: Diego Carpio Valladolid (@diegocarpio)

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