Para el internacionalista peruano Ramiro Escobar, “ese pedazo de tierra es una cuestión más psicológica: a ver quién gana y quién pierde”. “Es un tema que en algún momento habrá que resolver, pero a mi juicio no ahora”, señaló a la BBC.

Desde Chile, el analista Raúl Sohr sostiene que la desavenencia “es una actitud quisquillosa de los dos países, donde hay fricción y una desconfianza mutua evidente”, pues “una vez que se conoció el fallo en ningún lado hubo una plena satisfacción”.

Por su parte, el peruano Farid Kahhat advierte que el asunto puede afectar al acuerdo limítrofe de 1929. “Es decir, si un punto del tratado puede ser revisado ¿por qué no podrían más adelante ser revisados todos?”, explicó.

En cualquier caso, ninguno de ellos espera que esta polémica enturbie de nuevo las relaciones entre los dos países. “Es imposible que un pedacito de costa seca donde hay unos moluscos tenga más peso que toda la cantidad de relaciones en varios niveles que hay en juego”, indica Escobar.

“Sería bastante impresentable que dos países soberanos, frente a un problema de esta naturaleza, no sean capaces de resolverlo cara a cara”, coincide Sohr.