Según una denuncia de IDL-Reporteros, el segundo vicepresidente Omar Chehade habría intentado usar su cargo para presionar al exjefe de la Dirección Territorial de Lima Norte, Guillermo Arteta, para realizar un operativo de desalojo en la azucarera Andahuasi, que está bajo la administración de sus trabajadores por mandato judicial, para que la familia Wong tome el control de la empresa.

El pedido se habría producido en una reunión en el restaurante Las Brujas de Cachiche a inicios de la semana pasada. En la cita participaron Omar Chehade, su hermano, Miguel, y un primo que no fue identificado, además de los generales de la Policía Raúl Salazar, entonces jefe de la Dirección Territorial de LimaSur, y Abel Gamarra. Tras departir entre todos, el vicepresidente se retiró y dejó la puerta abierta al pedido hecho por su hermano y su primo.

IDL-Reporteros, “quedó claro que los Chehade actuaban, o se presentaban, como representantes de los intereses del Grupo Wong”.

Sin embargo, Arteta respondió que un operativo de esa naturaleza podría causar un gran “costo social” si se realizaba precipitadamente y que era indispensable una orden judicial para el desalojo.

Días después, los Chehade volvieron a buscar a Arteta y le entregaron una orden que no tenía fecha ni hora ni estaba firmada por un juez. Arteta se negó nuevamente y pidió la formalidad del caso.

Días después, Arteta fue dado de baja en el marco de la llamada “reingeniería policial” iniciada por el ministro del Interior, Oscar Valdés.

El director de IDL-Reporteros, Gustavo Gorriti, consideró que este hecho constituye un clarísimo caso de “tráfico influencias” que alcanza a Omar Chehade. Asimismo, señaló que el general Guillermo Arteta era, de lejos, el mejor especialista de la Policía en seguridad ciudadana. “Lo que nos preguntamos es si hay una relación causa-efecto entre la negativa de Arteta y su salida”, dijo.

Fuente: Correo