The Economist, revista británica, le dedicó esta semana su columna sobre Latinoamérica al Perú. Allí, cuestionó la gestión del presidente peruano, Ollanta Humala, en el ámbito económico.

Advierte que los desaciertos políticos terminan contaminando el buen manejo económico, y que el presidente Humala no se debe confiar en que un manejo técnico de la economía puede compensar los errores políticos y amortiguar el descontento de la población indefinidamente.

Destaca el rol del ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, calificándolo como el “miembro más poderoso del gobierno”, pero cuestiona la capacidad política de Humala y su fuerte caída en aprobación de 54% a 25% en un año, según Ipsos Apoyo.

Elogio. Señala que el actual gabinete es un avance respecto a sus predecesores porque está lleno de tecnócratas capaces. “El problema es que el propio Presidente no ha podido proveer al Gobierno de liderazgo político. El señor Humala ha mantenido un perfil bajo, dejando que Castilla y su inteligente y ambiciosa primera dama, Nadine Heredia, sean los que den declaraciones.

PROBLEMAS

Señala además que los problemas políticos trascienden el Gobierno de Humala y que el electorado peruano, que vive mayoritariamente en la informalidad, atribuye su éxito a su propio esfuerzo y no a sus políticos.

OPTIMISMO

The Economist se pregunta qué pasaría si han sido demasiado optimistas los pronósticos del ministro Castilla, de que la economía recuperará su ritmo de avance de 6% en los próximos tres años, por los proyectos mineros y las asociaciones público privadas en infraestructura.