El martes último, la titular del Primer Juzgado Supraprovincial de Lima, Janet Lastra, recibió el informe del fiscal Juan de la Cruz que acusa a la excongresista oficialista Nancy Obregón y a otras 35 personas por narcotráfico y colaboración con el terrorismo.

De la Cruz sustentó su acusación en base a los testimonios de 15 colaboradores eficaces y a un paquete de conversaciones telefónicas interceptadas a Obregón y sus familiares más cercanos. Dichos audios fueron grabados por el ‘Sistema Constelación’, el programa que realiza las interceptaciones telefónicas legales en la Dirección Antidrogas (Dirandro).

Los teléfonos celulares de Obregón empezaron a ser ‘chuponeados’ en abril del 2012. En febrero había sido detenido el líder senderista ‘Artemio’ en Santa Rosa de Mishollo, Tocache. Un mes después, el 19 de marzo del 2012, Obregón llamó al teléfono de su hermana Sandra. No obtuvo respuesta, pero olvidó cortar la comunicación y lo que dijo se grabó en la casilla de voz del celular de su hermana.

Luz verde

El 18 de junio del 2012, un operativo policial paralelo ‘clavó’ una llamada telefónica de Wilder Satalaya, hombre de confianza de Obregón, a un mando senderista del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), que se cree es ‘Raúl’ Quispe Palomino.

–Satalaya: ¿Cómo vamos a hacer la reunión?

–Terrorista: Está por confirmarse… ¿qué dice la ‘Vieja’ del encuentro?

–Satalaya: Está bien. La señora Nancy me ha dado una oportunidad para seguir coordinando todo…

El mayor PNP Harvey Colchado Huamaní, jefe de la Oficina de Inteligencia del Frente Policial Huallaga, solicitó al fiscal De la Cruz reanudar el ‘chuponeo’ a Obregón. El fiscal contestó que se requería de apoyo político para ello. Entonces, en noviembre del 2012, el presidente Ollanta Humala autorizó reanudar las interceptaciones, siempre y cuando la Policía obrara “con justicia”, informó Caretas.

El 11 de febrero de este año, Obregón sostuvo una comunicación telefónica desde su celular, No 998-856924, con Omar Perris, quien integra la lista de narcotraficantes buscados por la Drug Enforcement Administration (DEA), la agencia antidrogas de EE.UU.