“Pasadas las bromas de rigor, la mayoría de comentaristas observaron, con secreto desencanto, que era un típico video estudiantil, el cual no merecía mayor análisis”, refirió.

En su columna en el diario ‘La República’, Bruce recalcó que la gran cantidad de visitas, comentarios y reacciones que generó dicho video, revelaron que “había algo más” bajo la superficie de esa indiferencia. ¿A qué se debía?

“Había allí un deseo de evocar la sexualidad trasgresora de una representante protagónica de la ’familia bien constituida’ en el poder”, explicó el experto, quien buscó responder a la interrogante de por qué nos concierten la vida privada de quienes tienen poder.