La candidata a la segunda vicepresidencia de la República, , emplazó a a reconocer el dolor humano que han sufrido cerca de 300 mil mujeres víctimas de esterilizaciones forzadas en el país, durante los años 1996 a 2000, época en la que ejerció la presidencia del Perú.

“Así como estamos pidiendo a la señora Keiko Fujimori distancia de aquellas personas que posiblemente estén involucradas con el narcotráfico, te pido Keiko Fujimori que asumas la responsabilidad del dolor que tienen estas mujeres, tú como mujer me entiendes señora Keiko Fujimori porque también eres madre”, precisó Aráoz luego de conocer el testimonio de Esperanza Huayama, presidenta de la Asociación de Mujeres Esterilizadas Forzadas del Perú.

Huayama, quien representa a las 300 mil mujeres víctimas de esterilizaciones forzadas en el país, refirió que fue llevada a la fuerza al Ministerio de Salud en el tiempo de Alberto Fujimori para ser sometida a esterilización forzada cuando se encontraba con tres meses de embarazo.

“A la fuerza nos cortaron nuestros cuerpos. A la fuerza fue (que) estando embarazada me cortaron mi barriga, como que no fuera (una) persona humana, sino que nos consideraron como un animal (…), y yo perdí a mi hijito, estaba embarazada de tres meses”, confirmó Esperanza Huayama tras señalar que a los ocho perdió al hijo que llevaba en su vientre producto del procedimiento de esterilización realizado contra su voluntad.

Agregó que cuando dio a luz, su hijo estaba muerto. “Mi hijito estaba bien flaquito, finito, mi barriga estaba hinchadita”, indicó al señalar que las mujeres que fueron sometidas a las esterilizaciones forzadas han quedado mal de salud, con dolor de cabeza, de espalda. “A mis queridas hermanas también les han hecho a la fuerza (…) han quedado traumadas psicológicamente, las han abandonado ya no pueden trabajar”, añadió.

De igual forma, Huayama advirtió que su única motivación para continuar en su lucha es exigir justicia y que se le reparen los daños ocasionados a cada una de las mujeres víctimas de esta situación.

Indicó además que “más de 30 (mujeres) han muerto y también están con cáncer, se sienten muy mal, traumadas”, por lo que acudió al Ministerio de Justicia para que se realice el registro a todas víctimas pero se dieron con la sorpresa de que solo había una sola víctima registrada, hecho que cuestionó al solicitar que el Ministerio de Justicia los convoque a una reunión.

Ante esta situación, Mercedes Aráoz se comprometió con la firma de un acta a garantizar a las víctimas el acceso a los servicios especializados y gratuitos de salud física y mental, implementar proyectos productivos para mejorar su precaria situación económica y la de sus familias, hacer efectivas todas las medidas necesarias para garantizar su acceso a justicia a través de la prestación de servicios de defensa legal gratuita.

De igual forma, asumió el compromiso de asegurar la más pronta conclusión de la identificación total de personas afectadas por el registro de víctimas de esterilizaciones forzadas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

Asimismo, prometió constituir una Comisión de Alto Nivel para esclarecer las circunstancias en que se realizaron las esterilizaciones forzadas durante el período 1996 al 2000, y las correspondientes responsabilidades, así como para formular una propuesta integral de reparación de víctimas.

“Ella (Esperanza) no tiene esa dicha, ella no puede ver a su hijo graduarse de la escuela, ella no puede ver a su hijo o hija, y muchas mujeres como ella, no pueden verlos desarrollándose en bien y en paz, yo lo que te pido como mujer es que realmente te hagas cargo de su dolor también, reconociendo lo que pasó en aquella época, no solamente fueron 30, fueron muchísimas más, 300 mil mujeres víctimas de un acto sistemático”, afirmó Aráoz.

Aráoz descartó que esta situación no es un tema político y que se aborda en este proceso electoral, pues, las reparaciones empiezan por reconocer el dolor humano que han sufrido las mujeres víctimas.

“Lo que queremos básicamente es que (los fujimoristas) reconozcan lo que pasó y que no digan que fueron solamente 30 personas, eso es falso, o sea durante aquel entonces el estudio que hizo, yo he hablado con las mujeres que hicieron el estudio, estaban casi casi imposibilitados de investigar más, la gente tenía miedo, hoy siguen teniendo miedo, 18 años después siguen teniendo miedo de dar sus declaraciones y ante ese temor les dicen, los amenazan, le están yendo a avisar allá que si salen a decir algo les pueden hacer daño”, enfatizó.