“No renuncio a mi cargo por dos razones: porque me debo a mí misma, a mis hijas y a las mujeres del Perú. Creo que me equivoqué cuando decidí entrar en la política, sin embargo, mientras yo pueda creer todavía en ella no voy a renunciar”, refirió.

Omonte indicó que ahora “tiene que enfrentar acusaciones muy graves pero también falsas con intencionalidad perversa”.

Asimismo, aclaró que su excónyuge realiza actividades desde 1970, y ella no tiene injerencia en sus bienes y empresas.

“Yo no tengo calidad de gerente apoderada o accionista mayoritaria. Mi papel es minoritario, por tanto no hay incompatibilidad legal ni constitucional”, alegó.

Por ello, señaló que no puede responder legal ni civilmente por los actos que realice su exesposo en nombre de su empresa.

En ese sentido, manifestó que presentara su defensa por escrito ante la Comisión de Ética, el Congreso de la República y todas las instancias que sean necesarias, pues tiene un comportamiento transparente.