La ciudad de Ica es una costa recia con sabor a desierto, dunas y grandes tablazos, bañados por ese sol inclemente que quema las pampas de salitre.
La puerta de entrada a este departamento es Chincha, la cuna del arte negro del Perú.
En Ica también se encuentra la reserva de Paracas, en donde viven colonias de diversos animales, como lobos marinos y aves costeras de diversos tipos.
Además, uno tiene la posibilidad de visitar las famosas líneas de Nazca, las cuales pueden ser visualizadas espléndidamente desde el cielo.
Y uno no puede olvidar darse una vuelta por la laguna de la Huacachina, a cuyas aguas se le atribuyen propiedades curativas.