El Informe Global de Corrupción, de la organización Transparencia Internacional, pretende demostrar cómo la corrupción frena el desarrollo y la estabilidad de los países que la sufren; también, que los más pobres son los más perjudicados.
Entre los 10 exlíderes más corruptos, el primer lugar es ocupado por Mohammed Suharto, quien gobernó Indonesia durante 32 años. En ese tiempo, robó entre U$S 15.000 y U$S 35.000 millones y dejó al 30% de los habitantes por debajo de la línea de pobreza.
El segundo lugar se ubica Ferdinand Marcos, presidente de Filipinas, el tercer y cuarto, Mobutu Sese Seko, presidente de Zaire, Sani Abacha, presidente de Nigeria, respetivamente.
El puesto cinco, sexto y séptimo, están Slobodan Milosevic, presidente de Serbia, Jean Claude-Duvalier, presidente de Haití y Alberto Fujimori, presidente de Perú, respectivamente.
Pavlo Lazarenko, primer ministro de Ucrania se ubica en el puesto 8, Arnoldo Alemán, presidente de Nicaragua en el puesto 9 y en el podio 10, Joseph Estrada, presidente de Filipinas.