China sorprende al mundo con el consumo de huevos de pato conservados, a los que les llaman huevos de mil años. Pero, en realidad no duran mil años en conserva, sino solo un año, sin contar los seis meses previos que tardan en madurar.

¿Cómo son? Están recubiertos de barro, su clara es como una jalea parda transparente. Asimismo, presenta un tono gris verdoso y la yema es de consistencia semisólida.

Como menciona la página web Muy interesante, el huevo se prepara con sal y un ingrediente alcalino, ya sea ceniza de leña, cal o lejía, en ocasiones se le puede agregar un poco de té.

El resultado es un sabor salado y con acentos sulfurosos y amoniacales. Y qué dices ¿se te antoja?

Fuente: planetacurioso.com