“Yo estoy arrepentida por lo que hice, fue una idea loca, también quise quitarme la vida, no sé por qué pasan estas cosas por mi cabeza, cuando era niña mi papá sufría de esquizofrenia”, dijo la peruana Lupe Carbonell Cisneros (46), al momento de ser formalizada por el robo de una bebé desde el Hospital San Borja Arriarán, en Chile.

En la audiencia, el defensor público Paulo Sanzana intentó anular el proceso por una posible depresión de la mujer y pidió más plazo para realizar peritajes mentales. El juez Rodrigo Carvajal se opuso, pero fijo una nueva audiencia para que la defensa presente nuevos antecedentes.

En su declaración, Lupe Carbonell también desmintió que hubiese inventado un embarazo para lograr que su expareja volviera con ella, tal como afirmó su propia hija, Milagros Sánchez Carbonell (25), quien la delató a la Policía de Investigaciones. “Lo único que quería era sentirme querida, lo que dice mi hija es falso”, indicó la mujer.

El juez fijó una audiencia para el 22 de mayo, con el fin de que la defensa presente nuevos antecedentes sobre el estado mental de Lupe y su posible inimputabilidad.

Según el defensor, Lupe Carbonell estaba afectada por una profunda depresión, debido a que el año pasado habría perdido a un hijo que esperaba. Además, se encontraba sin trabajo. Añadió que en el contexto del Día de la Madre, ella se autoconvenció de que la niña Constanza Gutiérrez era su hija. Todo esto fue descartado por el juez Carvajal.

De acuerdo a la resolución del magistrado, la mujer actuó con clara premeditación, ya que adquirió un uniforme celeste similar al usado en el San Borja y un gorro. También eligió un día de gran concurrencia a los hospitales, por lo que no se trata de un acto espontáneo. Tampoco advirtió delirio o trastorno mental.

Fuente: La Nación