Clarke, de 21 años, sufre del raro síndrome de Kleine-Levin, que causa un sueño incontrolable, quedando dormida hasta por 23 horas al día, apenas despertándose para tomar sus alimentos.

Su madre, Adele, señaló que la enfermedad se manifestó de un día para otro en el 2007: “Fuimos a cenar y Lily se quedó profundamente dormida y fue imposible despertarla”.

Por este problema, que no tiene cura conocida, Clarke se ha quedado dormida en distintos lugares públicos como la universidad y hasta en centros comerciales.