Mario Vargas Llosa asegura que la corrupción “es un problema mayor de nuestro tiempo” y critica a quienes, por tener dinero y poder, creen que pueden “transgredir todas las leyes porque su estatuto social les garantiza la impunidad”.

“Desgraciadamente, vivimos en un mundo en el que muchas veces la ambición hace que se desmoronen los principios, los valores, y que se delinca sin ningún escrúpulo”, afirma el escritor.

En ese sentido, el escritor sitúa a Perú en su nueva novela, “El héroe discreto”, una historia de chantajes, venganza y codicia desmedida en la que reivindica la cultura como arma para luchar contra la barbarie y destaca la importancia de tener convicciones morales y de defenderlas.

Como se dice en la novela, las mafias abundan en el Perú y, “desgraciadamente”, añade Vargas Llosa, en toda América Latina. Y son “muy poderosas” en los países donde actúa el narcotráfico, que “mueve unas cantidades de dinero gigantescas y es un instrumento de corrupción casi irresistible (…) El narcotráfico puede comprar jueces, policías y políticos”, subraya.

Los instrumentos varían en otros países, pero la corrupción es “un problema mayor de nuestro tiempo”, que se vive “tanto en el primer mundo como en el tercero, y al que hay que buscarle una solución porque puede ser un verdadero cáncer para el desarrollo y el crecimiento”, añade.

La novela, explica el autor, es un homenaje a esos héroes que no aparecen en la prensa. “Son gentes que,* en la discreción y el anonimato, mantienen unos valores y virtudes*; y son como los justicieros de la antigüedad, como la reserva moral que tiene una sociedad”. Esos personajes existen pero, “generalmente, nadie los premia y desde luego no los imitan”.

Y existen también entre los políticos. El escritor considera “una grave equivocación hablar de la clase política como una clase corrompida, como si no hubiera excepciones a esa regla”.

“Hay muchos políticos decentes que tratan dice de cumplir honestamente con sus obligaciones, y hay políticos pillos. Y lo terrible es que los medios de comunicación lo que destacan es justamente lo que escandaliza”.

“La prensa muchas veces explota eso de una manera tan irresponsable que termina contaminando a todo el mundo político, a las instituciones”, dice Vargas Llosa, que en su novela arremete contra el amarillismo de la prensa y de la televisión.

Fuente: EFE