El crucigrama del domingo del diario ‘The Washington Post’ tenía un significado especial para Marlowe Epstein, una mujer de 29 años de Alexandria (Virginia). Con la complicidad de la página de pasatiempos del día, Corey Newman, su novio, la propuso el matrimonio a través de las pistas escondidas en un crucigrama especialmente diseñado para la ocasión.

Pero continuemos con Marlowe y sus ojos como platos:

51 horizontal: palabras que van con un anillo de compromiso.

Aquí Marlowe podría haber escrito, “¿es de oro?”, pero estaba claro que lo que tenía que poner era el clásico “¿Te quieres casar conmigo?”. Para entonces, Corey ya se había recuperado de la risa, se había puesto de rodillas con el anillo entre las manos y se lo había entregado, repitiendo las palabras de viva voz. “Marlowe, ¿quieres casarte conmigo?”

“¡Oh!Susurró. “Sí, por supuesto!”

Durante meses Corey Newman, de 31 años, había estado tratando de encontrar la manera de proponer a Marlowe el matrimonio. “Quería hacer algo único”, dijo. Un día, mientras veía como su novia devoraba el crucigrama del domingo del periódico, tuvo la idea.

Y con un poco de ayuda de Bob Klahn, veterano creador de crucigramas, el plan del novio se convirtió en una realidad y la proposición salió en negro sobre blanco en la sección de variedades del ‘Washington Post’.