La broma elaborada fue transmitida en un especial de televisión japonés llamado “Premio Dokkiri” (dokkiri significa sorprenderse). El hombre fue atado y despertado con pirotécnicos, simulando que iba a ser lanzado al espacio.

Toshiaki Kasuga contó que bebió licor con la producción del programa, tras lo cual se quedó dormido. Esto fue aprovechado para atarlo y colocar cuerdas elásticas en su cama. Luego fue catapultado al aire por lo menos 50 metros.

La televisión japonesa es famosa por sus costosas travesuras, aterradoras y complicadas, usando como blanco a gente confiada para la diversión general.