Julia Abdullah, una señora de 40 años que vive en Malasia, estaba tan obsesionada con su higiene corporal que se lavaba las manos hasta 300 veces por día.

Y por si fuera poco, pasaba 5 horas diarias en la ducha y se enjuagaba el pelo con shampoo unas 25 veces cada 24 horas.

Según confesó la propia Julia, su manía comenzó hace dos décadas cuando trabajaba en un laboratorio y debía manipular muestras de orina, materia fecal y sangre para pruebas de HIV.

Por ese tipo de trabajo comenzó a transformarse en una obstinación por la limpieza hasta desarrollar un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).

“Pensé que iba a poder controlarlo”, declaró la señora, quién no pidió ayuda profesional cuando los síntomas se hacían cada vez más evidentes.

Con el tiempo dejó de trabajar en el laboratorio por culpa de su obsesión y se encerró en su casa, preocupada por una sola cosa: mantenerse limpia.

Fuente: La Patilla/ Acceso365