El artista israelí realizó un proyecto que viene causando sensación en las redes sociales. Decidió sumergir un vestido negro en el mar Muerto y cuando lo sacó, luego de dos años, obtuvo un resultado que parece salido de un cuento de hadas: estaba totalmente cubierto de sal cristalizada.

Landau metió el vestido en esas aguas ricas en sal durante el año 2014 y lo sacó recientemente para exponerlo a través de una serie fotográfica llamada “La novia de sal”.

Cada 3 meses, el artista se sumergía en el mar para comprobar el estado del vestido, el cual pasaba por un proceso de cristalización de la sal, y tomar fotos.

El proyecto está inspirado por la obra de teatro de 1916 “Dybbuk” de S. Ansky, el cual trataba sobre una joven judía jasídica que era poseída por el espíritu de su amante muerto.

El vestido incrustado de sal del artista israelí es una réplica del que se utilizó en esa obra hace 100 años.

Las fotografías estarán expuestas hasta el 3 de septiembre en la galería Marlborough Contemporary de Londres.