Shelby Swink, de 23 años, conoció a quien fuera su novio en el 2011, y se comprometieron para casarse en 1 de noviembre pasado pero, a una semana de la boda, del gran evento de su vida, él le notifica que no tiene intención de pasar el resto de sus días al lado de ella.

Como era de esperarse, Shelby quedó destrozada ante la negativa de quien ella creía sería el hombre de su vida.

“Estaba en shock y no tenía idea que pensar o hacer. Estaba paralizada. Los días siguientes fueron un sin fin de llamadas a los invitados y proveedores para cancelar los servicios contratados para la fiesta”, narró la joven.

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A pesar del apoyo de sus amigos y familiares aún no encontraba la fórmula para sobrevivir al día que estaba destinado para su boda. Entonces la fotógrafa Elizabeth Hoard sugirió hacer una sesión de fotos pintando su vestido de novia, pero de forma divertida, para terminar con el ciclo del dolor.

Es así que la joven junto a las damas de honor y sus padres posaron para el lente de la fotógrafa, pintaron de colores el vestido blanco y celebraron a pesar del fallido matrimonio. Ahora el vestido está en exhibición en una tienda de novias.

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