Un asilo de ancianos de Nueva York enfrenta una demanda por contratar a un stripper para entretener a algunas de sus residentes. El centro East Neck, en West Babylon, Long Island, contrató a un bailarín en enero pasado.

A pesar que nadie había dicho nada sobre esta visita, el hijo de Bernice Youngblood, una de las moradoras del lugar, descubrió una foto en internet donde se ve como ella coloca un billete dentro de la ropa interior del bailarín. Disgustado por esto, Franklin Youngblood presentó la denuncia.

El asilo reconoció que había contratado un “stripper para entretener a los ancianos”, pero argumentó que quienes lo vieron lo hicieron voluntariamente y no existió ningún tipo de relación de corte pornográfico entre el artista y su público.

Sin embargo, Youngblood dijo que su progenitora, paciente de Alzheimer no está en condiciones de aceptar un espectáculo de esa naturaleza. Agregó que a su entender, su madre jamás habría aceptado ese tipo de show.

Para él, su madre fue puesta al borde del “daño físico, mientras que fue confundida y desconcertada sobre por qué un hombre musculoso y casi desnudo se acercaba a ella y le ponía su cuerpo y extremidades sobre ella”.