Un adolescente de 13 años recibió un disparo que le atravesó el rosto, cuando jugaba cerca de su casa en el Callao.

La bala ingresó por su mejilla izquierda y salió por la nuca. Milagrosamente, el proyectil no comprometió la médula espinal ni dañó alguna arteria.

Según los familiares, este ataque se trataría de una represaría en contra de la familia, ya que los atacantes agredieron al menor de frente, descartando así, que el accidente se haya producido por una bala perdida.