A la pequeña Frankie le diagnosticaron erróneamente un tumor cerebral. Sin embargo, con el paso del tiempo descubrieron que ese tumor triplicó su tamaño y ya está dispersándose a lo largo de toda su espalda.

Los especialistas dijeron a sus padres que la única forma que su hija viva un poco más es viajando a Estados Unidos y financiando un tratamiento que sólo se realiza allí con haz de protones, el cual dura aproximadamente ocho semanas.

El precio de esta cura que se pretende encontrar es de más de dos millones de pesos. Por este motivo, su familia puso en venta la casa de tres dormitorios que tienen en Kent.

Frankie tiene dos hermanos: Alfie de 11 años y Freddie de 5. Ambos dijeron que no les importa si tienen que vivir en una caja de zapatos, ya que lo único que quieren es juntar dinero y que su hermana viva.

Los señores Lea saben que la propiedad es todo lo que tienen y que les costó el sacrificio de toda su vida darles un techo a sus hijos, pero no soportan la idea de que su pequeña niña muera en la Navidad de este año.

Fuente: Dailymail.co.uk