No es el único. Museos dedicados al campo de la patología, las curiosidades anatómicas y las tendencias culturales mantienen fascinados y horrorizados a los visitantes con sus insólitas exhibiciones.

Museo de Patología Bart’s, Gran Bretaña

Como una colección universitaria que comenzó en 1879, esta exclusiva exposición de rarezas médicas es parte del acervo Queen Mary de la Universidad de Londres. Entre los casi 5.000 especímenes se encuentran varios objetos extraídos de cuerpos humanos en los últimos 150 años, como un cepillo de dientes atorado en el esófago de alguien.

También incluye en la exhibición partes disecadas del cuerpo del asesino John Belingham, entre otras reliquias que datan del siglo XVIII.

Museo de Historia Médica de Berlín, en la Charité, Alemania

Fragmentos de la historia médica alemana tienen su hogar en un edificio restaurado del siglo XIX que alberga 1.800 de los 23.000 especímenes originales que sobrevivieron a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.

Entre los artefactos más antiguos hay cálculos biliares del siglo XVIII. Tienen otras curiosidades como un megacolon de 60 libras de peso de un paciente que murió en 1960, una silla de parto del siglo XVIII y varios tumores.

El museo también expone el lado más oscuro de la medicina en Alemania, entre lo cual está la forma en que los nazis utilizaron la ciencia para justificar sus terribles acciones destinadas a la purificación de la raza.

Museo Coreano de Medicina de Choowondang, Corea del Sur

Inaugurado en 2008 dentro un próspero centro médico que data del siglo XIX, este museo detalla la historia de la medicina coreana. Entre sus artículos hay botiquines y documentos que dan una idea sobre el desarrollo de las prácticas medicinales en oriente.

La clínica contigua fue fundada justo después de que estallara la Guerra de Corea, cuando la familia Yoon trasladó sus prácticas provenientes de Corea del Norte a Corea del Sur. Una de las principales características del edificio es el laboratorio de producción de hierbas, con relucientes cilindros metálicos que brillan a través de las paredes de cristal.

Museo Fragonard, Francia

Originalmente se trataba de una colección de anatomía para estudiantes de veterinaria que empezó en el siglo XVIII en las afueras de París.

El Musée Fragonard, repleto de curiosidades, abrió al público en 1902 y cerró en la década de 1990 por obras de renovación, las cuales duraron hasta 2008.

Esqueletos y muestras anatómicas llenan las salas, aunque la exhibición principal se encuentra en el armario de los especímenes perturbadores. Los delgados cuerpos desolladas por el experto anatomista del siglo XIX, Honoré Fragonard, son todavía algunos de los más famosos e inquietantes de Europa.

Caballos, monos y hasta fetos humanos están en la exhibición que muestra todas las ensangrentadas entrañas que nuestra piel (afortunadamente) recubre.

Academia Ibn Sina de Medicina Medieval y Ciencia, India

Nombrada así en honor a un filósofo y médico islámico del siglo X, este museo ofrece una mirada a la medicina de todo Medio Oriente y Asia. Su modesta pero antigua colección se compone de artefactos médicos greco-árabes y de manuscritos que datan del mismo siglo.

Medicamentos unani y algunas herramientas con aspecto polvoriento son exhibidos junto a una gran variedad de bustos de los entonces famosos científicos, pocos de los cuales resultarán familiares.

También hay arcilla artesanal anticuada y moldes de barro que muestran los sistemas gastrointestinales y respiratorios.

Museo Parasitológico Merugo, Japón

Celebrando su aniversario 60 este año, el Museo Meguro comenzó cuando el doctor Saturo Kamegai decidió exhibir parásitos para sensibilizar al público después de la Segunda Guerra Mundial.

Sus 72 especímenes dan lugar a uno de los museos de medicina más interesantes del mundo, con dos pisos dedicados exclusivamente a miles de parásitos rastreros (y que carcomen).

Una larguísima Diphyllobothrium nihonkaiense, mejor conocida como lombriz solitaria, está en exhibición.

Aquellos que quieran mantener viva la experiencia pueden comprar una camiseta con la criatura impresa sobre ella, más o menos en el lugar en donde ella viviría dentro de uno, alimentándose parasitariamente.

Museo de las Enfermedades Humanas, Australia

Este museo didáctico te ayuda a “conocer al enemigo”, al presentar más de 2.000 ejemplos de enfermedades humanas antiguas y actuales.

Exhiben una tuberculosis pulmonar del siglo XIX, un tumor de ovario que presenta dientes y cabello, así como unos cerebros infectados con la enfermedad de las vacas locas.

En buena medida está dirigido a los estudiantes, y recibe cerca de 10.000 al año, es el único de su tipo en Australia y también está abierto al público. Inaugurado en 1960, el museo actualiza su colección constantemente.

Museo Vrolik, Países Bajos

Este museo de medicina y anatomía es solo una de las muchas experiencias delirantes en Amsterdam. Entre los 10.000 artículos excéntricos de la colección de la familia Vrolik que data del siglo XVIII están criaturas de un solo ojo, gemelos siameses pegados conservados y los denominados fetos sirena.

El cálculo biliar del siglo XVI del tamaño de un puño humano es especialmente doloroso de mirar, pero no más que los huesos patológicamente deformados o hígados corsé.

Museo de Historia Médica de Paul Stradin, Letonia

Letonia no es que sea la gran cosa para el turismo médico, pero la mezcolanza de artículos que hay en este museo, fundado por el más grande cirujano e historiador de la medicina en la región, hace que merezca una visita.

El doctor Paul Stradins comenzó la colección en la década de 1920. Se compone, entre otras cosas, tanto de un perro bicéfalo como del perro llamado Chernushka, quien fue lanzado al espacio a bordo del satélite Sputnik 9, y sobrevivió.

El museo alberga más de 203.000 objetos, con maquetas que incluyen una recreación de una farmacia medieval y un poblado que exploraba las técnicas curativas de la Edad Media.

El Museo de Medicina Maude Abbott, Colección Osler, Canadá

Una variada colección de aproximadamente 150 órganos que datan de finales del siglo XIX es la mayor atracción de este museo académico canadiense. El único problema es que todavía no se puede visitar.

El museo está, por el momento, visible exclusivamente por internet, y presenta imágenes e información de la colección, sin embargo, la Universidad de McGill busca crear un espacio para la exhibición física de la amplia gama de tripas, esqueletos, libros de registros de autopsias y muestras patológicas.

Muchos de los órganos provienen de toda América del Norte, aunque principalmente son de hospitales locales de Montreal.

Fuente: CNN