El plátano y el whisky son dos de los elementos cotidianos podrían acabar sus días en la tierra por culpa de las plagas amenazantes sin control y una falta de políticas que protejan los ecosistemas y la naturaleza.

A ellos suman otros objetos que se verán afectados por el avance de la tecnología y el desuso.

El plátano por ejemplo está en . Algunos estudiosos ya han bautizado el fenómeno como “Bananaggedon”. La responsabilidad radica en un hongo microscópico, el Fusarium oxysporum, que está diezmando los cultivos de plátano del tipo Cavendish, cuya producción supone el 95% de plátanos del planeta.

Una nota de Infobae revela que la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) advirtió que el 80% de las plantaciones podrían estar afectadas por este hongo. La plaga, conocida como el Mal de Panamá, empezó en Australia y luego pasó a Asia, África y, en menor medida, a Canarias.

El whisky también está en la lista negra ya que sus clientes se van reduciendo por culpa de la incorporación del mercado asiático al consumo de destilados.

A finales del siglo pasado, desaparecieron muchas pequeñas destilerías y la producción se estancó. Y por más que haya renacido con la llegada del nuevo milenio, el whisky puro de malta (“single malt”, sin mezcla alguna) escasea. Y, según los especialistas, se tardará entre diez o quince años en una nueva tara de botellas.

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