El profesor Julio César Cevallos Gonzales, es conocido en el y en como el “Tío Chechi”. Desde Quillabamba y a sus 90 años envió un emotivo homenaje a las madres del Perú y el mundo a través del poema “Gota de lluvia”, del escritor y periodista español Marcos Rafael Blanco Belmonte (1871-1936).

En el vídeo el profesor Julio César Cevallos se encuentra a orillas del río Vilcanota, río sagrado de los Incas, y desde allí declama el hermoso poema para todas las madres del mundo.

El “Tío Chechi” es maestro de escuela primaria, ya jubilado. Tiene 90 años y cuatro meses; pero pese a los achaques propios de su edad y de vivir más de 70 años con un solo riñón, sigue en actividad en el arte, el teatro, la música y la literatura.

El “Tío Chechi” es hijo de Julio César Cevallos Carrasco y Valentina Gonzales. Nació en el Cusco un 31 de enero de 1926. Cursó estudios primarios y secundarios en el Colegio San Francisco del Cusco. Los estudios superiores los realizó en la Escuela Normal San Juan Bosco de Puno. Luego estudió teatro en el centro de estudios escénicos de los padres salesianos en Santiago de Chile.

En el Cusco, paralelamente a sus labores de docente, se desarrolló como periodista en la revista Don Jaque, muy popular en el Cusco de los años 60’ y 70’, dirigido por su hermano, también profesor, periodista y artista Jorge Cevallos Gonzales.

El longevo maestro también es escritor de cuentos y novelas. Uno de sus libros, en tres tomos, se titula “Gente menuda: cuentos escolares del Tío Chechi”, con ediciones ya agotadas. Además tiene tres novelas que están aún inéditas: “Desgarrando la noche”, “Wifala carajo” y “Coloquios en la plaza de armas”, aún en espera de ser editadas.

Julio César Cevallos, de 90 años y cuatro meses, vive desde los 20 años con un solo riñón el mismo que fue extirpado tras sufrir un accidente en una carretera de Antofagasta, Chile, cuando retornaba al país luego de estudiar artes escénicas para ejercer su labor de maestro.

El secreto de su longevidad es tener siempre el contacto con la naturaleza. Sentir con sus pies descalzos las aguas del río sagrado de los Incas como del eterno verano de Quillabamba, son unos de sus principales tesoros. Todo ello añadido a una alimentación sana, rica en frutas y verduras de la zona.

Otro secreto de su buen estado, pese a su avanzada edad, es su jovialidad y su chispa para las bromas, además de llevarse muy bien con la gente. “Soy fundamentalmente amigo del pueblo”, dice el “Tío Chechi”.