Un ‘topo’, un infiltrado de la policía en la red de colaboradores de Sendero Luminoso en Llochegua, en la provincia ayacuchana de Huanta, fue quien condujo a la muerte a los camaradas ‘Alipio’ y ‘Gabriel’.

Según informe del diario ‘La República’, Orlando Borda Casafranca, camarada ‘Alipio’, confiaba ciegamente en el topo, pues se conocían desde muy jóvenes porque eran casi contemporáneos y de la misma localidad, San José de Secce.

El topo, cuya identidad se mantiene en reserva, fue captado hace aproximadamente cinco meses por exsenderistas, que trabajan como colaboradores eficaces de los equipos de la policía antiterrorista (Dircote) y antidrogas (Dirandro).

El informante había asegurado que en cualquier momento se presentaría Alipio’ con ‘Gabriel’, quienes recientemente habían dirigido la destrucción de maquinarias pesadas en Tutumbaro, donde se habilita la carretera Huamanga-San Francisco.

‘Alipio’ le había pedido al topo que le consiguiera una serie de accesorios para sus equipos de comunicación. El infiltrado y el cabecilla senderista acordaron que le proporcionaría los implementos en su vivienda de Pampas. Para sorpresa del topo, le dijo que no enviará a nadie a recogerlos sino que se presentaría personalmente.

Era el momento que esperaba el infiltrado para comunicar a las fuerzas antiterroristas de que la hora había llegado. Poco después el topo sorprendería con una nueva información: ’Alipio’ llegaría con ‘Gabriel’ y con una columna de 20 senderistas desperdigados en el trayecto para evitar una emboscada.

‘Alipio’ llegó poco después de las 9 de la noche en compañía de ‘Gabriel’.

El topo no había mentido. Según versiones de los pobladores de Pampas, la primera explosión se originó a las 9 y 30 de la noche y luego se produjo un incendio que dejó en cenizas la vivienda.

“Después de dos horas los militares controlaron el fuego y en la madrugada sacaron varios cuerpos, que los subieron a un helicóptero que descendió en el centro de la comunidad. También se llevaron a toda la familia que vivía ahí”, relató Celestino Aguilar.

’Alipio’ fue liquidado por la delación de un paisano en su propia tierra, Ayacucho.