A pocos días de su debut en la Eurocopa 2012, los jugadores de la selección italiana hicieron un alto en su preparación para escuchar con “asombro y miedo” las trágicas historias de los supervivientes de Auschwitz durante su visita al campo de concentración nazi.

Los italianos pasearon por la instalación de exterminio donde 1,5 millones de víctimas, en su mayoría judíos, perecieron durante la Segunda Guerra Mundial.

“Vine porque sé que estos jóvenes no conocen la historia de lo que sucedió aquí”, dijo Piero Terracina, de 83 años, cuyo número de prisionero A5506 sigue tatuado en la parte interior de su antebrazo, un triste legado para todos los prisioneros en Auschwitz.

“Cuando les conté las atrocidades durante nuestro tiempo en el campo y que la muerte estaba en todas partes, me miraban, pero no entendían completamente. En sus ojos pude ver asombro y miedo”, agregó.

Polonia conserva estos campos de concentración para que el mundo entero recuerde y se indigne por las atrocidades que ocurrieron durante la Segunda Guerra Mundial.