Perturbador. Un niño de 11 años fue víctima de una violación sexual en Soritor, en la región San Martín. Y como suele suceder en dicha ciudad, como en otras tantas, la justicia llegó gracias a las rondas campesinas ante la inacción de las autoridades.

¿El culpable? América Ortiz Chávez, un acaudalado y reputado empresario. El niño a quien violó lo acusó a pesar de las amenazas que recibió desde la primera vez que lo atacó: “te mataré a ti y a tus padres”.

El reportaje de Día D, en los primeros minutos muestra la impotencia del padre del menor que se contiene por el dolor y la furia que siente por este empresario que atacó a su hijo de la forma más violenta y perversa imaginable. “Me amenazó con un cuchillo, me lo puso en el corazón”, dijo el niño, quien confesó que fue obligado a ir a la tienda de su violador en siete ocasiones.

La denuncia se hizo el 15 de febrero ante el Ministerio Público y la Policía Nacional, los resultados del médico legista estuvieron listos al día siguiente, pero estos demoraron en llegar 15 días en llegar a la comisaría. Por ello el padre decidió acudir a las rondas campesinas para que capturaran al empresario, que estaba tranquilo en su tienda.

Las rondas detuvieron al empresario, lo retuvieron, lo pasearon por el pueblo y le hicieron confesar. “Sí ha sido la verdad [la violación], pero el problema es que el niño se prestó para el juego”, expresó Ortiz Chávez.

Con la confesión, las pruebas, los miembros de las rondas campesinas quisieron entregarlo a la fiscalía, pero sin flagrancia tenían que dejarlo en libertad. Lo retuvieron durante algunos días más.

“Todos tenemos errores, se me presentó un niño de once años, fueron dos minutos. El niño se ofreció”, se justificó el empresario de 70 años ante la prensa, sin embargo, ante la fiscalía negó los cargos para evitar la cárcel.

Finalmente, 25 días después de la denuncia, fue detenido y el Ministerio Público dictó prisión preventiva de seis meses a la espera del juicio y de una condena donde se espera el máximo castigo de encontrarse le culpable.

El reportaje y la perturbadora confesión:

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