La falta de peces en la superficie y la poca experiencia para buscar alimentos en las profundidades provocaron el debilitamiento, desnutrición crónica y posterior muerte de los pelícanos en el litoral del país.

La presencia de aguas cálidas a causa del ingreso progresivo, de norte a sur, de aguas ecuatoriales y de ondas Kelvin alteró el ecosistema marino, lo que ocasionó que diversas especies marinas, como la anchoveta, hayan migrado al sur y otros a aguas más profundas, dejando sin alimentos a las aves mencionadas.

Sin embargo, no solo los pelícanos y piqueros son las víctimas de este cambio. En nuestro país, hasta el 2011, existen un promedio de 2’534,479 guanayes (ave grande de cuello largo) y 11,117 pingüinos que podrían morir progresivamente si este calentamiento de las aguas en la costa peruana incrementan sus temperaturas o, simplemente, se mantienen.

“Es muy probable que también los guanayes y pingüinos sean afectados. En el caso de los últimos, un ave vulnerable a la extinción, es preocupante si es impactada por la falta de alimento ya que después de muchos años sus poblaciones por fin se han estado recuperando exitosamente”, recalca Yuri Hooker Mantilla, biólogo del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).

Para Hooker lo más dramático es que el año pasado fue muy bueno para la recuperación de las poblaciones de aves marinas que se alimentan de anchoveta. Por ejemplo, los piqueros llegaron a 2’297,509 y los pelícanos a un promedio de 214,777. Esta última especie ha tenido graves problemas poblacionales después del fenómeno del Niño de 1982-83, y el de 1997-98.

Fuente: La República