El fiscal Juan Manuel Borjas Roa precisó a la Agencia Andina que tras un delicado y cuidadoso trabajo, se ha logrado rescatar siete cuerpos y al término del día se espera recuperar los cadáveres restantes.

Según las primeras evidencias, se presume que las osamentas pertenecen a los estudiantes reportados desaparecidos el 3 de julio de 1989. Precisó que existe un proceso de investigación por la desaparición de dichos estudiantes que data de 2001.

Borjas Roa detalló que durante el trabajo de exhumación, una de las señoras que reportó la ubicación de la fosa común logró identificar la medalla que portaba uno de los cuerpos, concluyendo que se trata de un familiar.

Aclaró, sin embargo, que el procedimiento a seguir incluye someter a los cuerpos a análisis de los especialistas del laboratorio forense en el Distrito Judicial de Ayacucho.

Explicó que las características pantanosas de la zona donde se halló la fosa han generado que los cuerpos se descompongan con mayor rapidez, impidiendo a los supuestos deudos determinar la identidad de los mismos a simple vista.