La dinamita fue ubicada a la altura de la vivienda N° 329-A donde vive la familia Cabrera Quispe. Lamentablemente delincuentes usaron a un can para detonar los explosivos, según informó RPP.

La explosión del artefacto afectó a diez viviendas de diferentes familias, donde se registraron daños rompiéndose vidrios de las ventanas y de puertas de fierro y madera, dejando cuantiosos daños materiales, los cuales aún no han sido calculados.

Según informaron los moradores de la zona, uno de sus vecinos que trabaja en una agencia bancaria venía recibiendo mensajes telefónicos de extorsionadores.

Asimismo, dijeron que los delincuentes usaron a un perro para hacer explotar la dinamita, por lo que exigieron mayor presencia policial en las calles.