Un fotógrafo holandés le hizo un retrato en Lima a una humilde vendedora de pasteles de choclo con su hijo en el 2008. Le dijo que si algún día vendía esa foto en Europa, le pagaría lo que le correspondía. Tres años después, cumplió su promesa.

Mariela Valera Huanca nació en Pallasca, Áncash, en 1981. Buscando mejores oportunidades, hace 12 años llegó a Lima con su hermano Gilmer. Se instalaron en uno de los cerros de San Juan de Lurigancho. Mariela conoció a Juan Chura, sastre de oficio, y tiene 2 hijos con él: Lady, que ahora tiene 11 años, y Roy, de 6.

Para ganar algo de dinero, Mariela iba al Centro de Lima a vender pasteles de choclo como ambulante. Llevaba con ella a Lady y Roy porque no tenía con quién dejarlos. A Roy lo cargaba a la espalda, en una manta multicolor, muy usada por las mujeres de los Andes peruanos.

Esto último hizo que su historia (la de miles de migrantes en Lima) sea especial: El fotógrafo holandés Robin Utrecht le tomó una foto hace tres años, le prometió pagarle un porcentaje si vendía esa foto en Europa y cumplió su palabra.

Robin le tomó la foto a Mariela hace tres años y para ubicarla, desde Amsterdam, solo tenía su nombre completo. Entonces se contactó con un medio impreso holandés que también salía en Perú.

Entonces, Mariela Valera, la humilde costurera peruana de 30 años, fue ubicada y recibió 2 mil dólares por una fotografía que le tomaron hace 3 años. “Es la mejor noticia que me han dado, todavía no lo puedo creer. Muchísimas gracias, esta va a ser una buena Navidad”, declaró a Publimetro.pe.

Fuente: Publimetro