Según el cuento, ambos personajes se encuentran y luego de un breve diálogo, el zorro le da a conocer sus intenciones al ratón de comérselo. Para salvarse, el roedor promete darle api (concentrado de harinas).

Para satisfacer la gula del mamífero, el ratón le pide acompañarlo a un lugar lejano donde encontraría bastante comida. Tal lugar era la casa de una pareja de ancianos.

El zorro aprovechó que los ancianos dormían y devoró todo lo que encontró, llegando al extremo de meter su cabeza en una olla, donde quedó atrapado. El ratón encontró la excusa perfecta para salvarse y le da una paja en vez de un palo para ayudarlo.

Tras los reclamos del mamífero, el roedor le da excremento de cuy en vez de una piedra. En su afán por zafarse de la olla, el zorro le pide una batán (piedra para moler), pero en vez de eso el ratón movió la cabeza del anciano dormido hasta sus brazos.

Al despertar por los golpes en la olla, el anciano la emprende contra el zorro y lo echa de su casa. La representación fue hecha por los alumnos del tercer grado de primaria de la Institución Educativa de Chaypa.

Por: Christian Tinoco (@josechris)