El 29 de abril, 48 horas después del ataque de Catarata Mansa, un equipo de agentes antiterroristas de Huamanga y Abancay sorprendió a la columna de “Gabriel” en el kilómetro 4,5 de la carretera Huancarama-Abancay y se produjo un intercambio de disparos. Cayó abatido el policía Carlos Vega Mejía y los terroristas “Rufino” y “Moisés”. También recibió impactos de bala en la espalda el senderista Abner Sánchez Gutiérrez. El propio “Gabriel” se lo llevó cargado.

Unas horas después, cuando llegaron a la comunidad de Atapra, en el distrito de Pacobamba, en Andahuaylas, “Gabriel” le quitó uno de sus zapatos, para reemplazar uno que había perdido el cabecilla durante la fuga, y le dejó un billete de diez soles. Luego se retiró.

“Me abandonó a pesar de la gravedad de mis heridas”, le dijo el camarada “Freddy” a los agentes de la policía que lo encontraron en una posta médica: “Es un miserable. Es un traidor. Nunca se abandona a un combatiente. Somos un partido, como un puño de hierro, dice. Pero es mentira. Me traicionó”, añadió.

Con la contribución de “Freddy”, los agentes antiterroristas incursionaron en un campamento de “Gabriel” en la comunidad de Sondor, Hatunpampa, Andahuaylas. El lugar era de propiedad de Alberto Aspur Torres, en cuya vivienda se encontró a su hermana Margot Aspur Torres, señalada como pareja sentimental de “Gabriel”.

En el domicilio se hallaron fotografías de Martín Quispe Palomino y de otros terroristas, las cuales permitieron identificar a los principales “mandos” con los que cuenta el jefe senderista que ha convertido la selva cusqueña, luego de haber sido expulsado de las alturas de Andahuaylas, en su nuevo frente de guerra.

La venganza del “ Freddy”, abandonado a su suerte por “Gabriel”, empezó a dar resultados. Las fuerzas del orden detuvieron a Eliseo Arias Taype, Ronald Ayquipa Quispe y Miguel Lara Huamán, quienes admitieron pertenecer a la columna de Martín Quispe.

Fuente: La República