Hablar de Cahuachi es referirse a una ciudad perdida en la noche de los tiempos, evocar al más importante y monumental centro ceremonial-religioso de la Cultura Nasca y valorar su gran pasado histórico.

Ubicada a 20 minutos de la cuidad de Nasca, este centro religioso estuvo cubierto por la arena del inclemente desierto por más de 1,500 años hasta que en 1982, una misión italiana, dirigida por el arqueólogo Giuseppe Oreficci, empezó las excavaciones y la sacó a la luz.

Los arqueólogos descubrieron un conjunto de pirámides truncas y caminos construidos en una extensión de 24 kilómetros cuadrados, un área más grande que la tierra de Chan Chan.

Tras varios años de trabajo, donde el apoyo estatal estuvo casi ausente, los hombres de Oreficci consiguieron “resucitar” seis pirámides, de las 32 que existen en total.

Misticismo en el desierto

Al recorrer sus caminos y espacios, el visitante de Cahuachi puede apreciar cómo fue la vida de los Nasca; las paredes de adobe están delineadas con figuras y geoglifos en honor a sus dioses, no por algo es considerada el “Vaticano del Perú Prehispánico”.

Su principal construcción es una pirámide de adobe de 20 metros de altura y 100 metros de longitud que se encuentra adosada a una colina. Complementan el lugar plazas ceremoniales y cementerios, donde fueron halladas numerosas piezas de cerámica.

A pesar de los años y el saqueo de los huaqueros, en los alrededores de este lugar sagrado se observan todavía restos de cerámica, textiles y hasta huesos humanos, tal como refiere don Pablo Cueros, el guardián de esta ciudad desde 1990.

Tras casi 20 años de servicio, don Pablo comenta que al día entre ocho y 10 turistas visitan el lugar y quedan sorprendidos por su magnitud. Sin embargo, lamenta que no se pueda tener acceso a todos los espacios.

Por su parte, la guía Edith Cruzado aseguró que esta restricción terminará el próximo año, pues el gobierno provincial empezó a invertir en el lugar para acondicionarlo y permitir el libre acceso de turistas.

“Este último año, la municipalidad ha empezado a trabajar de la mano con los arqueólogos, para, más adelante, poner un valor y se pueda acceder a todos los recintos”, refirió.

Por: Ana Lázaro (@rlazdu)